Iniciamos
el día en una de las panaderías de Pahuatlán. Conforme nos acercábamos el olor
nos hizo despertar. Una vez dentro, los panaderos nos enseñaron todo el
proceso, desde cómo amasarlo hasta meterlo con la pala al horno de leña. Para
acompañar semejante delicia, compramos un atole de piña calientito, aunque
también había de cacahuate, cacao y mora. Al final decidimos comprar más pan
porque la siguiente parada sería un beneficio de café.
Llegando
al beneficio de Don Conche Tellez nos dieron una explicación de todo el proceso
que se requiere para la elaboración del café: la extracción de la pulpa, la
fermentación, el lavado, secado, pelado y, por último, el tostado. El café que
se produce en la región es arábigo, pero también hay de las denominaciones
caturra y borbón.
Después
del recorrido nos invitaron a una cata donde nos ayudaron a identificar las
características de una buena taza de café, según su grado de acidez, su cuerpo
y aroma. Te sugerimos no perder la oportunidad de comprar café recién tostado.
La
tradición artesanal de origen prehispánico se ha transmitido de generación en
generación desde hace siglos; aún se hace con fines ceremoniales como ofrenda y
representación de los dioses. Sin embargo, actualmente el restante se vende al
exterior o se usa como insumo para crear otras artesanías.
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